miércoles, 12 de mayo de 2010

EL HADA DE LOS LIBROS

Memona, Memona, Memona...voces infantiles lanzan este nombre al aire en las tardes calurosas de Smara. Los niños se paran expectantes y extienden las manos hacia el bubisher. El pájaro asiente, pliega sus alas y...

Érase una vez una joven que se llamaba Memona. Memona era bibliotecaria, que es la persona que cuida de los libros. Memona era la bibliotecaria de un autobús con libros. Pero ese autobús no era un bibliobús normal, y tampoco Memona era una bibliotecaria normal. El autobús en realidad era un pájaro, un pájaro como yo. No preguntéis cómo puede ser eso... son cosas que pasan en los cuentos o cuando se tiene mucha ilusión.
Memona cuidaba muy bien de los libros porque los amaba. Los catalogaba, los limpiaba el polvo y colocaba cada uno en su lugar. Así, cuando los niños acudían al bibliobús, siempre estaban ordenados en sus estantes dispuestos a compartir sus historias.
Todas las tardes, Memona acudía feliz a su trabajo, a su cita diaria con los libros y con los niños. Abría las puertas del Bubisher y comenzaba a fluir la magia. Porque Memona en realidad era un hada. Sí, ya sé que en todos los cuentos nos pintan a las hadas rubias de piel blanquísima y ojos azules. Pues no todas son así. Memona era un hada de piel morena, ojos oscuros y resplandeciente sonrisa.
Memona amaba su trabajo, aunque a veces no era fácil; mantener la atención de los niños es tarea complicada hasta para las hadas. Cuando algunos alborotaban demasiado, se ponía muy seria, y se hacía la enfadada.
No, no os asustéis, no sacaba su varita mágica para convertirlos en cabra o en camello, no; lo que hacía es echarlos una perorata en hasanía. Sí, sí, en hasanía que es el idioma en el que hablan las hadas saharauis. Debía ser algún conjuro porque todos los niños enmudecían y le prestaban atención.
Una vez restablecido el orden, entonces sí que Memona desplegaba su magia al mismo tiempo que abría las páginas de un cuento o las puertas del Kamisibai. Los personajes, a su voz, cobraban vida ante los ojos asombrados de los niños, llevándoles a descubrir otros mundos, como el del mar, por ejemplo.
Así, un día y otro día, incansable, con ilusión, recorriendo todas las dayras para que ningún niño de Smara dejara de soñar.
Si queréis verla, y compartir su magia y sus historias, sólo tenéis que escuchar, y allá donde oigáis: Memona, Memona, Memona... la encontrareis y con ella al Bubisher volando feliz por el cielo de Smara. Y colorín colorado...
Memona, Memona… me encantaba oírles como la llamaban.
Este cuento es un pequeño homenaje por su trabajo bien hecho, por su entusiasmo contagioso, por la colaboración y la ayuda que siempre nos ha prestado a los voluntarios que hemos tenido la fortuna de trabajar con ella. Su cariño y alegría dejan una huella imborrable y unos lazos de afecto que perduran para siempre.
Gracias Memona por tu dedicación y por tu trabajo estamos orgullosos de ti.

bishe

13 comentarios:

Bubisher dijo...

Shukran pequeña, por todo lo que has hecho en estos dos años, por tu fuerza, por tu dedicación y por tu amor a los niños y los libros. Un beso muy fuerte. Te queremos.
Luisa.

Anónimo dijo...

Un abrazo. Tan grande como tu fuerza. Tan fuerte como tú.
A tu lado, siempre.
Palma

Anónimo dijo...

No queda mucho más por decir... Tan sólo mandar más y más besos y abrazos.
Bea

Anónimo dijo...

Bien, bien bien. ¡Qué bien! El Bubisher tiene un hada!!
Shukran Memona por todo lo que se ha dicho y por más.
Feli

Bubisher dijo...

Siempre seguiré aprendiendo de ti, Memo: gramática de la vida, cuentos grabados en la vida. Y loi más importante: el orden de los libros en sus cajas, por la lista no alfabética de las emociones. Gracias por tantas cosas que das, que les das, que nos das.
Gonzalo.

Conx Moya dijo...

Me encanta

Anónimo dijo...

Aunque no te conozco personalmente, estoy de acuerdo con tu forma de fomentar la lectura.Pues creo que la magia ha de ser la base donde nazca nuestra estrategia para fomentar la lectura a los niños.la magia y la ilusión,sigue así, un saludo de otra maestra bibliotecaria. Yolanda.

Unknown dijo...

La próxima vez que viaje al Sáhara me voy a ir a conocerlas: a Memona y a Darhjala.
Siempre he querido conocer a una hada.

Unknown dijo...

hay me mocionais? estoy en mi dia libre pero me recudais una de las tardes en que los niños en ella por poco me gastan el nombre queriendo demustrarme las cosas que hacen y abrenden en el bubi. bueno soy yo quien da las gracias por vuestro apoyo sin el no haria nada gracias por todo. memona

Anónimo dijo...

¡Qué guapa!¡Pero qué guapa! Y qué bonito lo que haces. Gracias.

Anónimo dijo...

Yo también quiero conocer a ese Hada preciosa y morena. Vendrás algún día a visitarnos?

Isabel Castaño dijo...

Ay, Memona, aún me muero de la risa recordando cómo hablabas por teléfono en hassaniol, intercalando en medio de la conversación en hassanía tacos gordísimos en español.
Te echo de menos, chiquita, y aún siento cosquillas en los pies y sonrío.
Un abrazo, guapa.

Anónimo dijo...

Anoche vi - junto a Contxi, Ricardo y Ana - en el festival Documenta Madrid el documental realizado por hache, es precioso, aunque uno sabía de qué trataba el tema confieso que me sorprendió su contenido gratamente. Esta historia dignifica y mucho a sus personajes, sobre todo a la protagonista principal: Memona.
Hay de todo libros, cuentos: palabras de caramelo, Kori, Samira, niños, sus dibujos, alegría y juegos, un debate femino muy interesante al rededor deL té y poesía. Muy recomendable.
Limam