domingo, 3 de octubre de 2010

LOS OLVIDADOS.



Trabajamos en tierra de olvido. Trabajamos por la memoria, por la lectura, por la cultura. Trabajamos para que en medio del olvido podamos borrar la D, la E y la S de la desesperanza. Hoy el País recoge en su dominical un hermoso reportaje de Lola Huete, en los territorios ocupados y en los campamentos. Con fotografías impresionantes de Andrew McConnell. No más impresionantes que las que el día 7 presenta Inés Aparicio en la exposición de Léon, "El beso". En el mismo periódico se recoge en su sección necrológica la memoria de Ángel San Briz, un diplomático español que en los años de la guerra salvó a cinco mil judíos de los nazis. Mientras que hoy Willy Toledo narra en las catacumbas de internet (y menos mal que existen) cómo se carcajeaban desde el Ministerio de Asuntos Exteriores de lo que estaba sucediendo en El Aaiun. Y que el cónsul les anunció con voz fría que los invasores les iban "a partir la cara". Como así fue, sin reacción alguna.
Trabajamos en el olvido, pero no en la impotencia. El curso del Bubisher ha
comenzado con una fiesta. Estaban allí Ana, Raquel, Susana, Clara, Roge. Y Ricardo. Negociando, soportando el calor con la refrigeración secreta del trabajo bien hecho. Mientras ellas impartían un curso de bibliotecas y promoción de la lectura a más de 20 asistentes entusiasmados. El curso 2010-2011 va a ser de grandes cambios, de largo vuelo. Para que haya esperanza. En él las bibliotecas escolares se van a reforzar con nuestra ayuda. En él habrá voluntarios saharauis en cada madrasa. En él comenzamos ya la construcción del Nido. Una biblioteca fija que vamos a llenar de contenidos, pero que sobre todo hay que llenar de contenido. Un centro en el que vivir intensamente a través de la lectura con niños, jóvenes y adultos. Y para ello hemos tenido la suerte de poder contar con un nuevo saharaui en el equipo: Hamida, que se une a Memona, Daryalha y Larossi. Hamida dirigirá la obra que diseñaron Clara y Roge y que han rediseñado sobre el terreno contando con la dura realidad de la
hammada. Y dirigirá el Nido. Ya vigila el camino, ya allana las colinas. Ya trabaja contra el olvido, por la memoria.
Como nos decía Ricardo nada más llegar, el Bubisher ya ha calado en la sociedad saharaui, despierta una enorme expectación, acerca a su vuelo a los mejores, como Bachir, que ya trabaja ordenando los materiales en árabe y enseñando hassanía a los voluntarios.
El curso 2010-2011 será el de la consolidación en Smara, aunque ya miramos un poco más allá del horizonte, hacia las otras wilayas. Tal vez un día, ojalá que no muy lejano, podamos escribir que consolidamos el trabajo en todas las wilayas, con libros en español (y también en árabe o hassanía) al alcance de todos: niños, jóvenes y adultos. Y para la consolidación, este año,
contamos con Isabel y Raúl, que han diseñado un precioso plan de lecturas sobre el cielo. El año pasado acercamos a los escolares al mar, este año al cielo, el que viene bajaremos al suelo: provisional en Tinduf, de esperanza al otro lado del muro. Y para hacerlo, Bea y Palma trabajan cada día ubicuamente: aquí preparando materiales y guías, allí en contacto permanente con Daryalha y Memona.
Y por fin: en este año esperamos contar con socios suficientes como para garantizar que el Bubi vuela sin necesidad de subvenciones, con la fuerza anónima de un par de cientos de corazones solidarios. Y con voluntarios como Aintzane, la primera "de turno" de un año que trae a Luisa de cabeza, confeccionando grupos y teniendo que mantener, ya, una lista de espera. Y también confiamos en seguir contando con ayudas tan generosas como la de las Librerías con Huella,
que siembran en sus lectores la idea de la solidaridad, que les piden algo tan hermoso como "Besos con huella".
¿Cuántos somos, aquí y allá? ¿En colegios como el de Yolanda, el de Ángeles, el de Soto y Manuela, como tantos otros? ¿En bibliotecas y clubes de lectura? Ni siquiera somos capaces de decirlo con exactitud. Muchos. Luchando cada día contra el olvido.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hágase la luz a través de la cultura, del trabajo multiplicado con y por el esfuerzo de muchos, de los libros que avanzan para vencer al olvido. Y que la luz viaje en todas las direcciones, atravesando las aristas de los duros prismas, transformándose en una explosión de colores.