miércoles, 30 de septiembre de 2009

PLANIFICANDO


Alguien dijo que el Sahara crea adicción. Es verdad. Aún hoy, tres días después de nuestro regreso de Smara, algo de nosotras continúa allí, bajo las estrellas de un cielo inmenso, sobre las vastas explanadas de piedra y arena, entre las paredes de nuestra jaima. Aún en nuestros oídos, la risa de los niños. Y en las pupilas, sus miradas. Y en el corazón, nuestra familia: Darjahla, Memona, Larosi, Inés y Gonzalo.

Atrás quedaron las interminables negociaciones con los responsables saharauis del Ministerio de Educación, que, finalmente, dieron resultados positivos. Y las mañanas de recuento de libros y botellas y más botellas de agua para enfrentarnos al calor; las largas conversaciones con Memona y Darjhala sobre su actividad en el Bubisher a lo largo del curso y su responsabilidad en el proyecto. Y la planificación de todas las posibles actuaciones de voluntarios durante el presente curso: Trabajo en las escuelas, apoyo a los maestros en la puesta en marcha de actividades atractivas y variadas, apertura del Bubi por las tardes y todo lo que ello supone: préstamos, actividades de animación a la lectura, el Bubisher como sala de lectura libre, control del fondo bibliotecario etc, la posibilidad de impartir diferentes cursos de formación a niños y adultos, el apoyo a la apertura de un aula Bubisher para adultos y otra para niños tomando como referencia nuestro proyecto del mar…

Imposible olvidar la apertura del Bubisher convertido en barco por un día, con su capitán escondido tras una cámara de fotos, mientras, Sofía, esplendida cuentacuentos, encandilaba con su mano rosa a los pequeños grumetes. No nos faltó ni siquiera la tormenta. Un siroco oportuno nos levantó del suelo y nos metió a todos en nuestro pequeño- gran refugio. Y tras él, unas gotas de lluvia y de vuelta a la arena para seguir cantando y jugando alrededor del Bubisher.

Mucho, sí. Pero, poco para todo lo que hay que hacer. Planificar es bonito, pero mucho más importante será el trabajo de todos vosotros a partir de ahora. Igual que lo fue el realizado por todos los voluntarios el año pasado, a los que queremos dar la enhorabuena por su buen hacer. Es de justicia decir que encontramos el Bubisher en un magnífico estado y que el fondo bibliográfico estaba prácticamente completo, bien ordenado y en perfecto estado, y no porque los libros no se hayan usado, que se nota que han estado bien vivos.

Volvemos a Smara a través de nuestras recientes vivencias y aún vemos a Gonzalo negociando un coche para el transporte de Memona, Darjhala y los voluntarios, de la jaima a las escuelas y de las escuelas al Bubi, un mercedes “último modelo” que quita el hipo. Y, todavía hoy, sentimos en nuestras cabezas la risa compartida, las conversaciones interminables, los últimos sonidos de las silenciosas noches del desierto. Y nuestra propia voz diciendo: regresaremos.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Crea adicción. Aquí da fe una adicta.
Un beso fuerte para todos.