martes, 21 de octubre de 2008

¡...Y salieron los libros!



Merche Caballud y Carmen Carramiñana hicieron una selección de libros infantiles y juveniles de todas las editoriales españolas. Eligieron los que creyeron mejores, los que les parecieron más adecuados para fomentar la lectura. Solicitamos a las editoriales 15 ejemplares de los libros de lectura genéricos, y unos 5 de los llamados álbumes.

Tras explicar el proyecto a las editoriales, la respuesta que recibimos fue entusiasta, generosa y solidaria. Casi todas ellas donaron el cien por cien del pedido. De las “grandes” en catálogo recibimos varios centenares (de Anaya, más de 400; de SM y Edelvives, cerca de los 300 cada una). De las “algo más pequeñas” en catálogo pero de libros más caros, cajas generosas cargadas con casi el centenar de Kalandraka y de Everest, y decenas de preciosos libros del resto: Media Vaca, Ekaré y Kókinos. Solo Alfaguara supuso una decepción; de los dos centenares y medio que solicitamos... ¡apenas recibimos 20! (Creímos que los niños saharauis se merecían libros de esta editorial; es una lástima que esta editorial no haya pensado lo mismo).

A la generosa donación de las editoriales citadas se añadieron también libros donados por autores particulares y por alguna biblioteca, incluyendo divulgativos. El resultado fue que camino del Sáhara viajarán 1430 libros, a los que se unirán otros que serán cargados en el puerto de Alicante.

Reunidos los libros, nos propusimos listarlos, registrarlos, tejuelarlos y clasificarlos, para ofrecer una auténtica biblioteca. A ello se ofreció un grupo de bibliotecarias que forma parte del combativo grupo del No al canon, al que se añadió un grupo de amigas. Solo por aquello de dejar constancia y porque resultará curioso encontrar estos datos pasado el tiempo diré que allí estábamos Raquel, Susana, Gloria, Ana Julia, Lola, María José, Ana R, Palma, Amara, Gabriel y Ricardo. No todas estas personas eran bibliotecarias. No todas eran adultas. Hubo cocinero.

Fue una jornada agotadora pero memorable, que comenzó a las once de la mañana de un sábado 4 de octubre y acabó a la una de la madrugada del domingo 5, con una breve pausa para comer y eso sí, al final, el disfrute de una cena larga y satisfactoria.

Acabada la tarea, las decenas de cajas con que habíamos comenzado el trabajo se habían convertido en las mismas decenas de cajas, pero ahora con los libros registrados, tejuelados y clasificados por niveles y géneros, preparadas para ser cargadas por orden en el bibliobús.

Y el bibliobús se cargó con los libros el 12 de octubre.

Pero esa fue otra historia.

(Ahora está en el Puerto de Alicante esperando al resto de camiones y transportes de la caravana que saldrá hacia el Sáhara en unos días. Antes del 15 de noviembre esperamos que esté ya en los campamentos, para comenzar a llevar su carga a las escuelas cuanto antes.)

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