LA SONRISA DE MARIAJO

Hace algunos años, a un grupo de niños inconscientes y a un par de escritores aventados por el siroco y a una maestra se nos ocurrió una loca idea: llevar un bibliobús a las escuelas de los campamentos de refugiados saharauis. Cuando la ocurrencia comenzó a cobrar algún atisbo de realidad, seguramente soñé con esta sonrisa: la de una voluntaria que fuera a dejar allí parte de su vida, de su tiempo y de su dinero, a cambio de sonrisas blancas en rostros morenos. Sonrisas que alimentaran la suya propia, para seguir iluminando un poco el camino.

Esta sonrisa, sí. En el Patio Maravillas, anotando algo en su libreta, pero sin duda ya con el recuerdo de lo vivido en los campamentos, en el Bubisher.

Mariajo Lasaosa es y será ya siempre, dure lo que dure esta aventura, una pionera. Se fue para allá sin dudarlo un momento, con un grupo de aragoneses que dejó un recuerdo por allí que todavía perdura, que durará.

Hoy cumple 50 maravillosos años, y muchos bubisheros van a estar con ella. Otros no, porque estamos lejos. Pero por dentro, donde las cosas son más reales aún que por fuera, no: estaremos allí, deseando el parto de la sonrisa, que otras muchas se unan a la de ella.

Hoy han vuelto Carmen Lourdes y Sergio, hace dos o tres días volvió Irene con la cámara cargada de recuerdos y premoniciones. Todas buenas. Y el relevo ya está allí, y el relevo del relevo ya prepara maletas y visados. Los sueños locos que se cumplen, son los más cuerdos.

Hay quien lleva mejor la cuenta exacta de voluntarios que se han unido ya al vuelo del Bubisher. Da igual la cifra, ya somos una bandada. Unos yendo allí como Mariajo, otros desde sus colegios o bibliotecas, algunos haciendo nadar patitos de goma por el río para recaudar fondos, otras imprimiendo postales con imágenes congeladas de la vida hermosa en el lugar feo. Un "todos" que a mí me gustaría que mostrara siempre esa misma expresión recogida aquel día (hace tanto tiempo, nueve meses) en el Patio Maravillas. Por cierto: creo que nunca he visto otra expresión en su rostro.

Feliz cumpleaños, Mariajo. Sonreímos contigo.

Gonzalo.