martes, 13 de abril de 2010

ALMAR LA MAR.




Llegamos la madrugada del 4 de abril a Protocolo, a donde nos fue a recoger Larossi por la mañana. Un Larossi cálido y hospitalario, con la puntualidad de un inglés y la elegancia de saber estar en el punto justo.

La mañana se fue dulcemente, en presentaciones, conversar, observar y colocar los enseres en los armarios.

Comimos en casa de Daryalha junto con Memona. Las dos nos recibieron, como antes hiciera Larossi, abriéndonos las puertas desde el primer momento, bromeando con nosotros a las pocas horas, compartiendo el té, impresiones y confidencias, haciéndonos cosquillas, de tal manera que hoy, que apenas llevamos juntos unos días, parece que nos conociéramos desde siempre.

El taller:

Hemos coincidido varios días con actos organizados en apoyo a los 7 saharahuis detenidos por Marruecos, con lo cual, al haber mañanas en las que se suspendían las clases para acudir a la manifestación, decidimos desarrollar el taller siempre que pudiéramos, ya fuera en las escuelas o en las tardes del Bubisher.

En cada uno de los grupos con los que trabajamos la edad de los niños era muy variada y los más pequeños no entendían el español, pero como el taller Almar la mar consta de quince propuestas diferentes de trabajo, pudimos escoger aquellas que creímos más apropiadas y que funcionarían mejor.

Para los niños más pequeños y con un nivel de español bajo o nulo, hicimos las propuestas más visuales y lúdicas, como utilizar la alfombra enrollada del Bubisher como si fuera una comba para que saltaran las olas del mar; escenificarles el mar con una manta térmica de aluminio plateado y dorado que movíamos imitando el movimiento de las olas, mientras ellos jugaban con pompas de jabón y pinzas de la ropa y globos como si fueran peces.

También dieron buen resultado para los pequeños (que entendían un poco de español) las siguientes propuestas:

El poema del “Alicátor Pinzón”, en el que hay que jugar a completar una serie de palabras que el Alicátor Pinzón ha cortado en el texto. Las palabras son sencillas y fácilmente comprensibles mediante gestos, como cena, cama…,ej.: “y nada quiere de ce / antes de irse a la ca”.

El libro “Los sonidos del océano”, en el que podían escuchar el sonido de gaviotas, ballenas y delfines entre otros.

Un pequeño cuento muy visual (inventado sobre la marcha) con el que Miguel y Raúl hacían magia mientras se lo contaban.

Una orquesta de sonidos de peces del mar (pez espada, pez martillo, pez perro…), con vestimenta de director y batuta incluida.

Además de las anteriores, para los que entendían el español, funcionó muy bien completar las siguientes frases sobre la arena como quisieran: la arena es…, la arena sabe a…, con la arena…, un día toqué la arena y…, si el desierto no tuviera arena…Después nosotros, dependiendo de sus respuestas, cambiábamos la palabra “arena” por otra. Unos ejemplos de cómo salió, juntando todas las respuestas que se les ocurrieron:

El amor es limpio, marrón y lleva piedras

El amor sabe a desierto

Con el amor hacemos castillos y casas

Un día toqué el amor y me llevó una ballena

Si el desierto no tuviera amor, sería una pena.

El Bubisher es suave, moreno, marrón y fino

El Bubisher sabe a polvo, a amor, dulce, al Sahara. A todo.

Con el Bubisher yo juego, hago casas y hago castillos

Un día toqué el Bubisher y me quemé, me picó. Pero era suave.

Si el desierto no tuviera Bubisher estaría triste y no habría árboles. No jugaríamos.

Para los que eran un poco mayores, y con buen nivel de español, se les hizo una propuesta de escritura relacionada con palabras del mar. Consistía en pescar entre todos palabras de un cartel (sustantivo, adjetivo, verbo, adverbio, sustantivo, preposición, sustantivo) para construir pequeños poemas. Está inspirado en la “Ensalada de palabras”, del libro De la letra al texto, de José Calero Heras.

Un ejemplo: la sirena triste limpiaba con paciencia las agallas, por amor

Los niños son muy participativos, lo que facilita mucho el desarrollo del taller, sus ojos inmensos están pendientes de cada palabra y cada gesto. Es un goce poder ofrecerles agradecidos este taller.

En definitiva, ha sido para nosotros un verdadero placer y una fuente de aprendizaje. Gracias por este regalo.

Isabel, Raúl y Miguel.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias a vosotros por el buen hacer, el buen estar y, sobre todo, por vuestro seguir construyendo el camino.
Un abrazo
Palma

Arroba dijo...

Raúl, Isabel, Miguel...qué bonito lo que contais del Sahara.
¿Podré colaborar con vosotros en vuestro próximo taller de Aimara?